Pese a los enormes esfuerzos que año a año realiza la industria frutícola, la botrytis sigue siendo uno de los principales problema sanitarios en frutales como la vid de de mesa y vinífera.
Todo esto —la inhibición de la enzima de botrytis y el efecto SAR— permitirá que se genere una acción directa e indirecta sobre el hongo, disminuyendo su acción e inhabilitándolo.
“Al haber tantas moléculas involucradas en el proceso, las probabilidades de que el hongo se haga resistente al compuesto serán muy bajas”, agrega Gastón Salinas.
Según el empresario, la diferencia entre BotriStop y otros productos químicos que buscan combatir o controlar la botrytis, radica en que el derivado del quillay es ‘no específico’, es decir, por su forma de acción, puede ser aplicado en cualquier cultivo.
Dosis de aplicación
En la actualidad, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha aprobado el uso de BotriStop solo en cultivos de uva de mesa, uva vinífera y arándanos. Sin embargo, a futuro se espera que pueda ser utilizado también en cerezas, carozos, tomates y kiwis.
Respecto de las dosis, desde la empresa comentan que en el caso de la uva de mesa y vinífera, lo mejor será aplicar 2 litros por hectárea, mientras que en arándanos lo más recomendable es usar alrededor de 300 cc por cada 100 litros de agua.
“Con estas dosis el producto ha demostrado ser eficaz. Se puede aplicar con máquinas nebulizadoras o turbonebulizadoras, pero también hemos visto buen comportamiento usando máquinas electrostáticas de bajo volumen”, indica Gastón Salinas.
En relación a la época de aplicación, el experto recomienda, en el caso de las uvas y arándanos, realizarla en tres oportunidades entre el periodo de pinta y cosecha.
“En la medida que se aproxima el período de cosecha, se reducen las herramientas con las que se puede combatir a botrytis, debido a que no se pueden seguir aplicando fungicidas químicos por los límites de tolerancia máxima de residuos”, explica Salinas.